
Omaida Melissa García / ClsComunica
En Michoacán, más de 56 mil 700 personas tienen discapacidad auditiva, según el Censo 2020 del INEGI. A pesar de esta cifra, la comunidad sorda sigue enfrentando barreras de acceso a la educación, la salud y los servicios públicos, pues muchas instituciones carecen de intérpretes de Lengua de Señas Mexicana (LSM) y mecanismos de comunicación accesible.
Durante la Semana Internacional de las Personas Sordas, activistas recordaron que la inclusión no se resuelve con discursos oficiales, sino con políticas públicas efectivas.
Sin embargo, organizaciones locales advierten que la falta de cobertura en salud y educación limita el ejercicio de derechos de esta comunidad. El dato es contundente: casi el 35% de las personas con discapacidad en Michoacán no está afiliada a ninguna institución de salud.
“Se nos sigue tratando como invisibles”, señaló Daniela Ayala Ochoa, joven activista de 28 años, lleva 10 años promoviendo la enseñanza y el reconocimiento de la Lengua de Señas Mexicana (LSM) en Michoacán, al exigir que el Estado garantice intérpretes en escuelas, hospitales y oficinas públicas, además de políticas que reconozcan a la comunidad sorda como una minoría lingüística y cultural.