
Sara Martínez / ClsComunica
Morelia, Michoacán, 11 de septiembre de 2025.– En la Universidad Michoacana se discutió el futuro de la próxima reforma electoral en México. Magistrados, funcionarios y consejeros coincidieron en un punto: sin órganos locales fuertes y sin ciudadanía activa, cualquier rediseño del sistema quedará corto.
La magistrada Ameli Gissel Navarro advirtió que no existe un modelo electoral perfecto y defendió la permanencia de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs), pues además de organizar elecciones forman ciudadanía y garantizan justicia electoral.

El subsecretario de gobierno en Michoacán, Humberto Urquiza puso sobre la mesa la necesidad de replantear la representación política, mejorar los mecanismos de participación y asegurar que la reforma no diluya el federalismo.
Desde el Instituto Electoral de Michoacán, Ignacio Hurtado recordó que las reformas de 2007 y 2014 cambiaron las reglas del juego, y que ahora el reto es fortalecer la legitimidad de los procesos y vincular el voto con la rendición de cuentas.
El debate dejó claro que la discusión no es técnica sino política: mientras unos buscan cercanía con la ciudadanía, otros apuestan por centralizar el control electoral. La pregunta sigue abierta: ¿la reforma será para mejorar la democracia o para concentrar el poder?