El Partido del Trabajo (PT) intentó mostrar fuerza en Morelia, donde su dirigente estatal, Reginaldo Sandoval Flores, y el diputado local Hugo Rangel Vargas, se asumieron como la “locomotora de la 4T” rumbo a 2027. Sin embargo, la numeralia que presumen poco se reflejó en la asamblea informativa que organizaron en el Lienzo Charro.
Rangel Vargas aseguró que el PT ha alcanzado 9 mil 350 afiliados y más de 350 comités de base en la capital, pero las gradas semivacías pusieron en duda el alcance real de esa militancia. Pese a ello, el legislador insistió en que la organización será clave en la próxima contienda electoral y no dudó en colocar a Sandoval Flores como aspirante a la gubernatura.
Por su parte, Sandoval buscó recordar al auditorio que el PT fue “clave” en el nacimiento de Morena y en las victorias de exgobernadores como Lázaro Cárdenas Batel, Leonel Godoy Rangel y el actual mandatario Alfredo Ramírez Bedolla. Incluso presumió que el partido “nunca” ha pedido cargos a cambio de su respaldo porque —dijo— su lucha es por la transformación y no por puestos.
El discurso, sin embargo, contrasta con el historial del PT en Michoacán: un partido que ha sobrevivido gracias a alianzas coyunturales y negociaciones en los procesos electorales, y que ahora intenta reposicionarse como actor decisivo, aunque sus eventos no logren llenar ni un lienzo charro.
